La educación luego de las elecciones

Por Prof. Luis Distéfano


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La campaña electoral argentina ha llegado a su fin, dejando a los ciudadanos ante una encrucijada que podría marcar un hito en nuestra historia democrática. Sin embargo, entre las propuestas y agravios que han ocupado el escenario político, la educación ha sido notoriamente relegada a un segundo plano.

En los últimos meses, hemos sido testigos de debates que abordaron una variedad de temas, desde la implementación de sistemas de vouchers hasta la garantía de 190 días de clases, pasando por la declaración de la educación como servicio esencial. Sin embargo, las urgencias que requieren la atención de los actuales o futuros funcionarios parecen haber quedado en el olvido.

Una de las problemáticas más apremiantes es la realidad educativa que viven los estudiantes. Pasan de año y de nivel educativo sin adquirir los conocimientos necesarios. La prioridad parece estar enfocada en la creación de nuevas universidades, cuando los mayores problemas se encuentran en la educación obligatoria, especialmente en primaria y secundaria.

La violencia y el malestar son parte de la cotidianidad en las aulas. La infraestructura escolar es deficitaria y la falta de mantenimiento constante produce un deterioro difícil de revertir. La falta de respeto hacia los docentes, proveniente tanto de estudiantes como de padres, dificulta la tarea pedagógica, relegándola a un lugar secundario.

El ausentismo de maestros y profesores se hace más evidente cada día, y los directivos carecen de herramientas para asegurar la calidad educativa que merecen nuestros estudiantes, un derecho central que debe ser garantizado.

Este domingo, el país elegirá a un nuevo presidente. En materia educativa, su papel es definir políticas macro a través de los funcionarios a cargo y del Consejo Federal de Educación. La Ley Nacional de Educación 26206 establece la responsabilidad de los gobernadores y el Jefe de Gobierno de CABA en la administración de los sistemas educativos de sus jurisdicciones.

A pesar de no tener escuelas a su cargo, muchos esperamos que quien conduzca los destinos de nuestro país posea una mirada crítica en materia educativa. Se necesita una visión que impulse decisiones de cambio y coloque al estudiante en el centro de la escena, reconociéndolo como ciudadano del mundo.

Antes de tomar determinaciones cruciales, es imperativo que la escucha no se limite a los sindicatos, sino que también incluya a padres, estudiantes y docentes comprometidos con una escuela pública inclusiva pero, sobre todo, de calidad. La educación no puede ser el gran olvidado en la agenda política; es el cimiento sobre el cual se construye el futuro de nuestra sociedad.

El autor del articulo es Docente, Director de Secundaria y ex Secretario de Educación de Mar del Plata

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