La decisión, justificada por el municipio, se basa en la necesidad de hacer frente a la baja en los subsidios, tanto a nivel nacional como provincial. Según el estudio de costos realizado por el Ejecutivo, se evidencia una disminución de los subsidios, que en el período de marzo de 2022 a abril de 2023 pasó del 30,4% al 20,12%. Esta reducción directa impacta en el bolsillo del usuario, quien se ve obligado a absorber en mayor medida el aumento del boleto.
El boleto acumula en el año un aumento del 149%, una cifra que, según las autoridades municipales, se alinea con la inflación proyectada para el 2023, estimada en un 150%. Esta comparación busca justificar el incremento tarifario, destacando la necesidad de equilibrar las finanzas del servicio de transporte público.
La noticia del aumento ha generado diversas reacciones en la comunidad, especialmente entre aquellos que utilizan diariamente el transporte público. Algunos expresan su descontento ante el constante impacto en sus presupuestos, mientras que otros cuestionan la efectividad de las medidas adoptadas para garantizar la sostenibilidad económica del servicio.
Este nuevo ajuste tarifario se suma a una serie de incrementos que han afectado a los ciudadanos en diferentes aspectos de su vida cotidiana. La preocupación por la escalada de los costos y su impacto en la calidad de vida de la población se mantiene en el centro del debate, generando llamados a la transparencia en la gestión de los recursos públicos y a la búsqueda de soluciones que minimicen el impacto en los bolsillos de los ciudadanos.
