La propuesta más audaz del segundo capítulo de gestión

Es una jugada con mucho compromiso para el futuro político.


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Montenegro  lanzó una de las propuestas más arriesgadas y visionarias de su segunda gestión: el llamado a licitación pública, tanto nacional como internacional, para la concesión del Estadio José María Minella y el Polideportivo Islas Malvinas. Este ambicioso proyecto tiene como objetivo transformar estos emblemáticos espacios deportivos de la ciudad en epicentros de eventos de alto impacto, trabajando en conjunto con el sector privado, y potenciando su relevancia a nivel nacional e internacional.

El plan del hombre fuerte del Pro va más allá de la simple concesión de los espacios. La propuesta incluye la exigencia de obras de renovación significativas en el Minella y el Polideportivo, el pago de un canon, y el mantenimiento general del Parque de los Deportes. Sin embargo, el aspecto más destacado es la condición de atraer un número mínimo de eventos anuales que no solo revitalicen la infraestructura, sino que impulsen el empleo y el movimiento económico en la ciudad. En este sentido, Montenegro ha dejado claro que su visión trasciende la mejora de las instalaciones; su verdadera apuesta es por el impacto económico y social que estos eventos traerían para Mar del Plata.

Un componente clave de este plan es la intención de establecer un convenio con la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) para que la ciudad se convierta en "La Casa de las Selecciones Argentinas". Este movimiento no solo busca traer eventos deportivos de primer nivel a Mar del Plata, sino también consolidar la ciudad como un centro neurálgico para el deporte argentino, lo que generaría un flujo constante de turistas, fanáticos y medios de comunicación, con el consiguiente beneficio para la economía local.

Desde una perspectiva política, este anuncio es una jugada interesante para Montenegro. Al posicionarse como el artífice de un proyecto de tal envergadura, Montenegro se proyecta más allá de los límites de Mar del Plata, elevando su perfil a nivel provincial e incluso nacional. Esta propuesta puede ser vista como un puente hacia futuras aspiraciones políticas fuera del ámbito local, consolidando su imagen como un líder capaz de generar cambios estructurales y de atraer inversiones significativas a la ciudad.

Sin embargo, no está exento de riesgos. Este llamado a licitación seguramente provocará reacciones en la oposición, que podría cuestionar la privatización de espacios públicos y la dependencia de capitales privados para la renovación de infraestructura. Además, la opinión pública jugará un papel crucial: si el proyecto se ejecuta con éxito, Montenegro podría ganar un respaldo popular considerable; pero si fracasa, los costos políticos podrían ser altos.

En definitiva, la propuesta de Guillermo Montenegro es una apuesta por el futuro de Mar del Plata, pero también por su propio futuro político. Con esta jugada, busca no solo dejar una marca indeleble en la ciudad, sino también catapultarse a un escenario político más amplio. Para Mar del Plata, esta licitación podría significar un renacimiento deportivo y económico; para Montenegro, podría ser la clave para trascender su rol como intendente y aspirar a nuevos horizontes en su carrera política.

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