Emergencia salarial en la Universidad Nacional de Mar del Plata: Un reclamo unánime por la dignidad laboral

La propuesta fue impulsada por la Asociación del Personal Universitario (APU) y contó con el respaldo de todos los bloques políticos que conforman la comunidad universitaria.


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El jueves 22 de agosto, en un marco de unidad y consenso, el Consejo Superior de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMDP) votó por unanimidad la declaración de Emergencia Salarial en el Aula Silvia Filler del Rectorado. Este organismo, que agrupa a representantes de estudiantes, graduados, docentes, Nodocentes y autoridades de las distintas facultades y la Universidad, así como de diferentes partidos políticos, se pronunció en respuesta a la crítica situación económica que afecta a los trabajadores universitarios.

La propuesta fue impulsada por la Asociación del Personal Universitario (APU) y contó con el respaldo de todos los bloques políticos que conforman la comunidad universitaria. La declaración de Emergencia Salarial representa un reconocimiento institucional a las dificultades que enfrentan los trabajadores y trabajadoras de la universidad, cuyos salarios han quedado rezagados frente a la creciente inflación.

María Victoria Schadwill, Secretaria General de APU, destacó la relevancia de esta medida al señalar que “es un hecho institucional muy importante ya que significa un respaldo de toda la comunidad universitaria a nuestro reclamo por recomposición y actualización salarial”. En cuanto a las negociaciones paritarias a nivel nacional, Schadwill criticó la postura del gobierno, afirmando que “el gobierno nacional impone unilateralmente montos muy por detrás del índice inflacionario: en 7 meses quedamos 54 puntos porcentuales debajo de la inflación”. Además, expresó una preocupación alarmante: “hoy el 50 por ciento de las y los trabajadores universitarios son pobres”.

Esta declaración no solo visibiliza la problemática salarial, sino que también pone de manifiesto la unidad de la comunidad universitaria en la lucha por condiciones laborales dignas, marcando un precedente en la historia de la universidad. Ahora, el desafío radica en que este reclamo sea atendido a nivel nacional, para evitar que la situación económica siga deteriorando el bienestar de los trabajadores y trabajadoras universitarios.

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