El modelo de negocio que hizo un aporte clave a la transformación inmobiliaria

La disrupción que hoy se advierte en el sector inmobiliario argentino comenzó a gestarse hace unos 20 años. Con cambios de paradigma que se fueron consolidando y maximizando poco a poco en las principales ciudades del país, un innovador modelo de negocio fue sentando las bases de la transformación que actualmente atraviesa toda la industria.

Uno de los hitos en ese sentido fue el desembarco en nuestro país de la marca RE/MAX, con una propuesta basada en el trabajo en red y el foco en los servicios de calidad para los clientes. A partir de valores como la autonomía, la flexibilidad y la capacitación constante, el modelo de negocio probó ser exitoso para miles de emprendedores que consiguieron desarrollarse.

Tras la llegada de aquella marca pionera, muchas otras se sumaron a la tendencia, entre ellas, Century 21, Coldwell Banker, Keymex y Ginevra International Realty. Más recientemente han aparecido otros jugadores que traccionan el cambio de escenario, como Grupo Mega, APL Negocios Inmobiliarios, Realty One Group, Red Inmobiliaria, entre otros. Asimismo, la proptech argentina Mudafy lanzó hace poco su modelo de negocio de franquicias inmobiliarias de alta rentabilidad.

Además, siguiendo la tendencia, múltiples inmobiliarias tradicionales y con decenas de años de experiencia en el mercado advirtieron la necesidad de ser resilientes y acompañar mejor los tiempos que corren. Son cada vez más las inmobiliarias que optan por trabajar en red y nutrirse del aporte clave de las nuevas herramientas tecnológicas y de los agentes inmobiliarios, como Izrastzoff y Soldati, entre las más destacadas.

Lo cierto es que el modelo de negocio que consiguió ser exitoso independientemente de las coyunturas económicas –y que incluso recientemente funcionó como reactivador económico– se destaca por su fuerte impronta tecnológica, el trabajo colaborativo y la actualización permanente en habilidades que van desde el marketing hasta la inteligencia artificial y el big data, pasando por la gestión emocional y las tendencias de inversión.

Apalancada en la figura del agente, esa nueva cultura laboral y empresarial revolucionó el mercado local y dio paso a la transformación que hoy se vislumbra: son cada vez más los profesionales que advierten que la atomización del sector tiene los días contados, a medida que se afianza el paradigma del trabajo en red y el aporte de valor agregado: esos diferenciales logran generar experiencias memorables en los clientes y también traen mejores resultados comerciales.

“La inflación y la incertidumbre sobre el rumbo de la economía global han hecho que la vivienda sea significativamente menos asequible, han dificultado aún más el acceso al crédito en los mercados emergentes y han creado un entorno complejo para la captación de fondos, la negociación y la generación de rentabilidad para los inversores y operadores inmobiliarios. Quienes invierten y operan en el sector inmobiliario como lo hicieron hace cinco años podrían obtener un rendimiento inferior y perder cuota de mercado. En este momento único, los actores del sector inmobiliario deberían adoptar una nueva mentalidad”, advierten desde la consultora McKinsey & Company.

En ese sentido, agregan que los protagonistas de la industria deben priorizar algunos aspectos, como crear soluciones integrales para los clientes, integrar soluciones digitales y análisis avanzados en todos los procesos (no sólo adoptando esporádicamente soluciones individuales) y enfocarse en la eficiencia operativa y no sólo en los ingresos.

Esas son las reglas de juego que parecen haber comprendido hace ya muchos años los nuevos modelos de negocio del sector inmobiliario que hoy dinamizan el mercado y prometen seguir sumando innovación.