¿Callejón sin salida?

En breve serán las elecciones legislativas y para muchos politólogos es el primer tiempo de una carrera rumbo a las elecciones ejecutivas del 2027. Es por eso que cuesta creerle a quienes aspiran a dichos lugares que no estén analizando y trabajando en sus candidaturas o alianzas de cara al futuro.

Milei quiere ser reelegido, Kicillof quiere ser presidente, Montenegro y Espert quieren ser gobernados de Buenos Aires y Raverta quiere ser intendenta de Mar del Plata. Estos casos son solo algunos de los muchísimos caudillos más que hoy ocupan otra función pero tienen bien en claro sus intenciones.

La alianza política entre Guillermo Montenegro y la Libertad Avanza puede parecer una jugada estratégica para ambos, pero en realidad puede ser un callejón sin salida. Montenegro, actual intendente de General Pueyrredón, pertenece al PRO, un partido con una fuerte presencia en la provincia de Buenos Aires con el correr de los últimos años.

Si Montenegro decide unirse a la Libertad Avanza, pierde parte de sus aliados importantes como el radicalismo y la coalición cívica, quienes, según analistas, le han aportado entre un 5% y 12% de los votos en sus elecciones pasadas. Por otro lado, si la Libertad Avanza no lo termina cooptando como su primer candidato, Montenegro se queda sin el pan y sin la torta.

La ambición de Montenegro de llegar a la gobernación de la provincia de Buenos Aires es grande, pero la realidad es que hay dudas del satisfactorio caudal político necesario en la ciudad de Mar del Plata para competir contra otros candidatos del oficialismo nacional (Espert, Santilli, Valenzuela, etc). La Libertad Avanza, por su parte, busca expandir su influencia en la provincia, pero no está claro si Montenegro es el candidato ideal para lograrlo. Informaciones arrojan que Karina Milei y Sebastian Pareja no tendrían a Guillermo como principal figura.

La alianza entre Montenegro y la Libertad Avanza puede ser vista como una jugada de riesgo, ya que ambos pueden perder más de lo que ganan. Montenegro puede perder su base política actual, mientras que la Libertad Avanza puede perder credibilidad si no logra imponer a Montenegro como su candidato.

La pregunta es: ¿qué pasará con Montenegro y la Libertad Avanza en el futuro? ¿Lograrán su objetivo de llegar a la gobernación de la provincia de Buenos Aires, o se quedarán en el camino? ¿Se dividirá nuevamente la oposición facilitandole al peronismo una nueva victoria electoral? ¿Cual será el rol del radicalismo bonaerense en toda esta pelea?

Solo el tiempo lo dirá, pero una cosa es segura: la política es un juego de riesgo y estrategia, y aquellos que no están dispuestos a tomar riesgos pueden quedarse atrás.