El Senado aumentó sus dietas en medio de una crisis: Una decisión que insulta al pueblo

El primer incremento de la suba será del 3,5%, retroactivo al 1 de julio.


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En un gesto que desafía toda lógica y sentido de responsabilidad, el Senado de la Nación ha acordado un aumento del 6,5% en las dietas de los legisladores, lo que elevará sus salarios a una cifra estratosférica de 9 millones de pesos mensuales. Este incremento, justificado en la paritaria cerrada por los gremios estatales, es un verdadero insulto a la ciudadanía, que enfrenta una crisis económica cada vez más profunda.

La decisión, ratificada por altas fuentes de la Presidencia del Senado, revela no solo una desconexión alarmante entre la clase política y la realidad del país, sino también una falta de sensibilidad ética. La vicepresidenta Victoria Villarruel, según las fuentes, intentó sin éxito que los senadores quedaran excluidos del aumento, lo que hubiese sido una señal mínima de decoro. Sin embargo, los legisladores optaron por no desengancharse del incremento, priorizando una vez más sus intereses sobre los del pueblo al que deberían servir.

El aumento, que se aplicará en dos tramos (un 3,5% retroactivo al 1 de julio y un 3% a partir del 1 de agosto), se produce en un contexto de inflación descontrolada, aumento de la pobreza y precarización laboral. Mientras millones de argentinos luchan por llegar a fin de mes, la casta política se garantiza una vida de lujos a costa del erario público.

Esta decisión no puede ser vista de otra manera que como una afrenta directa al ciudadano común, que soporta el peso de una economía en ruinas. No es solo una cuestión de dinero, sino de principios. ¿Cómo pueden los legisladores justificar este aumento en un momento en que la mayoría de la población está asfixiada por la inflación? ¿Cómo pueden mirarse al espejo mientras siguen llenando sus bolsillos, al tiempo que millones de argentinos caen por debajo de la línea de pobreza?

Lo que resulta aún más indignante es la hipocresía de justificar este aumento bajo el argumento de una paritaria. Es un ejemplo más de cómo la clase política manipula los mecanismos del Estado para su propio beneficio, ignorando las necesidades urgentes de la sociedad. Es una traición al mandato de representar al pueblo, un pueblo que hoy se siente cada vez más abandonado y defraudado por aquellos que deberían proteger sus intereses.

En tiempos donde se requiere de un liderazgo responsable y un sacrificio compartido, los senadores han optado por la avaricia. Esta decisión no solo erosiona aún más la ya maltrecha confianza en las instituciones, sino que también pone de relieve la desconexión y el desprecio con el que la clase dirigente mira a la ciudadanía. Es hora de que los legisladores comprendan que su poder emana del pueblo y que este poder conlleva una responsabilidad que han decidido ignorar de manera deliberada y vergonzosa.

El aumento de dietas en el Senado es un escándalo que no debe pasar desapercibido. Es una muestra más de que, en Argentina, la brecha entre la dirigencia política y el pueblo no deja de ensancharse, y de que aquellos en el poder continúan priorizando sus privilegios sobre el bienestar general. Es tiempo de que la ciudadanía exija una rendición de cuentas y de que los legisladores recuerden que, sin el pueblo, no son nada.

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